La Inteligencia Conversacional

La Inteligencia Conversacional (C-IQ) es un marco desarrollado por la antropóloga organizacional Judith E. Glaser que se refiere a la capacidad de participar en conversaciones efectivas y significativas que fomentan la confianza, la comprensión y la colaboración.

Este marco nos ayuda a comprender por qué funciona el Método Harkness. C-IQ abarca una variedad de habilidades como la escucha activa, la comunicación empática y el arte de hacer preguntas poderosas, todas las cuales también se encuentran en el corazón del Método Harkness.

El Método Harkness tiene como objetivo desarrollar el C-IQ en nuestros estudiantes. Cuando nuestros estudiantes participan activamente, adoptan el aprendizaje colaborativo y basado en la investigación, ponen en práctica su pensamiento crítico y generan confianza y empatía, crean un ambiente de confianza, respeto y diálogo abierto. Esto, a su vez, anima a nuestros estudiantes a participar en conversaciones transformadoras, en las que se escuchan activamente unos a otros, demuestran empatía, aprovechan las ideas de los demás y exploran de forma colaborativa temas complejos para profundizar la comprensión y generar nuevos conocimientos.

Cultivar C-IQ no sólo mejora su experiencia de aprendizaje, sino que también impacta positivamente en su vida personal y profesional futura. Mejora las relaciones interpersonales, mejora las capacidades de liderazgo, aumenta la productividad del equipo y crea una cultura más inclusiva e innovadora en su lugar de trabajo. En esencia, les dota de las habilidades para navegar dinámicas sociales complejas, lo que resulta en interacciones más positivas e impactantes en contextos personales y profesionales.